Surf en SD

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La vida está en el camino.

jueves, 19 de abril de 2012

¿Esperan por mí?

Hoy, hoy vuelvo sin sentido a escribir cómo lo hacía antes, no tengo demasiadas cosas interesantes que decir, no tengo reflexiones importantes que expresar, sólo me relajo un rato escuchando el dulce sonido de las teclas de mi teclado manchado; manchado, sucio, viejo...

Detesto los días feriados, no sé qué tantas cosas se puedan celebrar hoy, ¿un cielo gris?, ¿una enorme pila de ropa sucia?, ¿el olor a dulce coco que viene de la habitación de al lado?; no. No hay nada que celebrar este 19 de abril, una buena sonrisa me alegraría el día, un abrazo chiquito, de esos que son tan cálidos y reconfortantes como un baño de agua tibia después de una tarde de fútbol.

Los sueños viven, no contestan ninguna pregunta, no respetan ninguna señal; sólo esperan... Esperan a que nos llenemos de valor... ¿Esperan por mí?.

miércoles, 4 de abril de 2012

Un sueño que terminó a eso de las 3:00 am

Con la semana santa suspirando sobre nuestros oídos, contemplo el inicio del segundo trimestre del año, pronto la mitad del 2012 se habrá ido, y aún no he hecho algunas cosas de las que esperé pudiese hacer este año, hoy regreso al blog para relatarles un sueño muy extraño que tuve hace días.

Como en todo sueño uno llega a un sitio sin saber cómo llegó hasta allí, un enorme tubo- un cilindro gigante de un diámetro quizás de 7 u 8 metros - era la entrada de lo que yo sabía eran como unas catacumbas, subterráneas, evidentemente, también sabía lo que tenía que buscar en ellas, al principio no tenía idea de cómo eran esas reliquias, esos sí, horrocruxes... he leído Harry Potter durante mis vacaciones, creo que eso se apoderó de mis pensamientos a la hora de dormir, aparentemente Dumbledore me había asignado una tarea.


Albus Dumbledore, gran mago

Todo estaba oscuro pero una emoción indescriptible inundó mi pecho, no había miedo posible a la oscuridad ni al silencio; no sabía que cosas podría llegar a ver, pero no me importaba - en ese momento debí suponer que solo estaba soñando - una enorme montaña de tierra que aparentemente había estado mojada durante años permanecía seca como piedra delante de mis ojos cuando la oscuridad del enorme cilindro terminó, una figura femenina posó su mano sobre mi hombro; habló, pero no recuerdo haber escuchado su voz, sé que la entendí y sonreí; la primera cosa de las que buscaba estaba allí oculta bajo la tierra de marrón claro.

¿Estatuas doradas?, ¿Pequeñas estatuas doradas? eso era lo que estaba buscando, en mi imaginación parecían egipcias, eso lo noté cuando pude extraer una de la tierra, eran brillantes; por un momento las noté de un amarillo tan brillante como los rayos del sol; sus ojos estaban remarcados como en los jeroglíficos de las pirámides que a veces pasan en discovery channel, sus bocas eran femeninas, de cierta maneras sus rostros eran similares a los de las dos muchachas que parecían dispuestas a ayudarme con mi tarea, sus faldas doradas extrañamente no desviaron mi atención, yo tenía una meta.

Después de extraer dos estatuas doradas y unas 4 cosas pintadas de amarillo - supe fácilmente que eran falsificaciones, no sabría explicar por qué - me sentí agobiado, yo debía conseguir 4 de esas cosas, sólo 4; yo no podía hacer magia, yo simplemente era, pues... yo mismo,  pero sí sabía que un súper mago me había dado una tarea importantísima, necesitaba hablarle y decirle que no tenía idea de como seguir, pero aparentemente él había muerto.

El frío de la madrugada me congelaba los pies, que como siempre se salían de la protección de mis sábanas; cuando me dormí a eso de las 12:30 am no le presté atención al detalle de que a medida que la noche avanza el frío se hace más fuerte; por un momento casi me despierto, pero sentí de nuevo el calor y regresé, las dos chicas egipcias me guiaban a través de esa caverna ahora iluminada con una luz tenue, como la del sol antes del anochecer, las seguí sin poner peros, ellas sabían lo que hacían, me faltaban aún dos estatuas y si hubiese despertado entonces me hubiese perdido de la parte maravillosa del sueño, la escena que me hace recordarlo con mucho júbilo. 

¡Oro!, mucho oro, mis ojos estaban apunto de explotar, aún no se acostumbraban a la claridad que provenía de ese enorme salón de amplitud infinita, lleno de estanterías y pequeñas mezzaninas, el oro estaba regado por el piso, pero solo era una decoración barata para lo que en realidad robaba mi atención, la chica de la izquierda me sonrió, ella sabía que yo caería ante la impresión de todos esos juguetes, sí... Juguetes, todos los juguetes con los que cualquier niño soñaría, juguetes con los que sólo soñé durante mi infancia, estaban todos, casi lloré de la emoción, dejé caer las dos estatuas al piso, eso era por lo que ese viejo Dumbledore me había enviado a esa extraña caverna, me envió para que fuese feliz. 

El oro bañaba los suelos pero no fue lo mejor que vi

Corrí por todo el lugar, como deseando que con sólo ver los juguetes ellos me pertenecieran, un éxtasis total, estaba embriagado, esto era un exceso, pequeños pokemon me sonreían desde la izquierda mientras algunas figuras de acción encabezadas por Roca "la mole" de los 4 fantásticos me miraban con el ceño fruncido desde la derecha, parte del oro se había convertido en millones de tazos, de esos que solía coleccionar cuando tenía 10 años, busqué ansioso por uno de digglet - un pokemon - que me había evitado coleccionarlos todos hacía años atrás, me pareció verlo por el piso, pero había demasiados y toparme con todas las consolas de vídeo juegos al final de un pasillo terminó con mi búsqueda.


Roca "La Mole"

Jugué por lo que parecieron horas, el tiempo ya no me importaba, viejos juegos de super nintendo que nunca tuve me llamaban, querían que yo los jugara, las muchachas ya no estaban, quizás estaba tan distraído que ni las noté más, subí a una mezzanina y allí habían en el piso más juguetes, 4 modelos distintos del mismo roca "la mole" que me había estado mirando hacía rato, uno de ellos tomó de pronto la forma de estatua dorada, mi tarea, o mi supuesta tarea mejor dicho, la tomé y la levanté sobre mi cabeza, desde la mezzanina podía apreciar la maravillosa e infinita inmensidad del salón en el que me encontraba, me sentí más feliz de lo que había sentido en cualquier otro sueño, pero... ya lo sabía, estaba soñando.

El frío azotó mi pecho descubierto, sin duda haberme quitado la camisa antes de dormir no había sido muy brillante, pero es que el cuarto estaba caliente... Mi sonrisa, así como la habitación infinita y la estatua dorada se fue haciendo borrosa... Poco a poco el azul oscuro de mi techo tomó su lugar ante mis ojos, apagando la excitación del momento glorioso que estaba viviendo, mis pies se escondían cobardes en una manta gruesa que pongo al borde de mi cama y mi camisa estaba arrugada contra la pared encima del libro de Harry Potter y las reliquias de la muerte, al lado reposaban mi celular y mis lentes, mi cabello enmarañado me cosquilleaba la nariz, y mi boca seca rogaba por un poco de agua, eché un vistazo a la hora, eran las 3:00 am, giré mi cuerpo sobre mi hombro derecho, pensé en mi chica y me volví a dormir.



"Porque la inocencia de nuestros primeros años es un tesoro muy valioso"

Floyd, Vero y Bubú muchos años atrás
            L.F Arias