Te conocí mediante
una casualidad,
un instante
descuidado que seguramente
fue diseñado por el
destino.
Te conocí porque así
debía ser,
porque me juego todas
mis cartas
a que de esa manera
estaba escrito.
Esto del amor es una
lotería,
un juego de azar,
en el que la ley de
las probabilidades
se burla de todos
nosotros.
Te aprieto entre mis
brazos con nerviosismo,
un instante preciado
que, seguramente,
refleja mi miedo a
perderte.
Te abrazo como si
fueras a irte mañana,
porque sé que jugamos
un juego
cuyo desenlace queremos
desconocer.
Esto del amor es un
acertijo
que intentamos
resolver todos,
cuya respuesta no
alcanzamos a descubrir,
a pesar de la
inversión de neuronas.
Busco respuestas en
los patrones de las nubes,
con la esperanza de
que me ayuden a descifrar
esta situación de
incertidumbre.
Busco apoyo en los
dibujos crepusculares,
porque una vez me
dijiste
que ellos no mienten.
Queremos creer que la
predicción no es cierta,
pero somos incapaces
de anticipar
lo que pasará mañana
entre tú y yo.
Te entrego lo que no
tengo,
lo que no me
pertenece,
aun cuando no me lo
pides.
Es un vago intento de
compensación,
porque sé que no me
entrego por completo
cuando tú lo
necesitas.
Queremos hacernos los
valientes,
pero sabemos que la
eternidad
pertenece a todos
los que ya se han
marchado.
Me has regalado este
crepúsculo,
porque te ha parecido
ostentoso.
Lo has hecho porque
sientes
que pronto te marcharás.
No voy a estar listo,
pero así serán las
cosas.
Los días se acaban,
igual que como nacen.
Todo va a encontrar
un final,
para que podamos volver a comenzar.
Esto del amor es para
valientes,
porque se exponen
nuestros flancos débiles.
Tú conoces mis
fragilidades,
así como yo conozco
las tuyas.
Conoces mis
longitudes
y yo tus
profundidades.
La primera vez que
vimos morir el día,
el crepúsculo se
parecía al de hoy.
Mañana el cielo se
iluminará
honrando tu
ausencia,
porque tu belleza
infinita
es digna de
ceremonias climáticas.
El momento de tu
partida será crepuscular,
un espectáculo de
luces diversas
que se dibujarán en
mi cielo ausente de nubes.
El momento en el que
el sabor de tus labios
muera en los míos, ese
momento…
Ese me lo llevaré
conmigo… Por siempre.
Solamente no te vayas
todavía,

ResponderEliminarTen la seguridad que la vida nos tiene un destino preparado en el cual no sabremos cual sera,pero hay que jugárselas no siempre serán victorias,también habrán derrotas ,pero ten la seguridad que el destino que dios nos tiene preparado sera el apropiado para nosotros .-