Yo vi de cerca el final del camino
detrás de las olas del horizonte.
Sentí como el viento se despedía de mí
a manera de burla.
El mundo entero se resumió en el colapso
ocasionado por el fracaso continuo.
Y así seguí,
hasta sentir que la música moría en mis oídos.
Nadie sabe cómo se siente ser un barco a la deriva
hasta ser sorprendido por
uno de los tantos giros inesperados que da la vida.
Yo vi de cerca el final del camino
escondido detrás de sonrisas falsas,
forzadas por el compromiso social.
El mundo se resumió en la oscuridad
que se encuentra debajo de las masas marinas.
Y así me hundí,
sabiendo que sus besos morían en otros labios.
Nadie nunca va a comprender la muerte en vida
hasta verse sorprendido
entre sus lúgubres brazos helados.
Yo estuve en el final del camino.
Yo cedí al impulso inocente
de dejarme caer al vacío infinito.
El mundo se resumió en una despedida.
Y así morí,
ya no había más que sentir.
Nadie comprenderá un naufragio
si no ha visto cómo se hunde su barco.
Nadie debe juzgar la enfermedad silenciosa
que se come a un corazón ajeno,
sin haber sido consumido antes por la soledad
que deja un corazón roto.
Jamás comprenderás cómo se siente renacer,
si nunca has muerto.
Yo estuve sumergido en el arte,
en la música, en el llanto.
Fui un navío abandonado en medio del mar.
El mundo ya no tuvo resumen.
Y así floté,
así entendí cómo se siente ser un barco a la deriva.
Vive la vida sin preocuparte.
Entiéndete. Ámate.
Navega a la deriva.
Disfruta del mar desconocido,
porque todos los barcos llegan a puerto.
Los accidentes solo retrasan
el inevitable final.
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| Que no te asuste el camino desconocido. Allí se encuentra el aprendizaje. |
L.F. Arias

Así mismo es,hay que pasar por malos momentos para entender mejor la vida y así apreciarla y entenderla aunque nunca sera totalmente.-
ResponderEliminarLa vida nos sorprenderá hasta el final. Eso es seguro.
ResponderEliminarUn abrazo.