Surf en SD

Surf en SD
La vida está en el camino.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Él Gritó

Llegaba él a casa gritando como un loco, maldiciendo al sol, a su madre y al gato. Ya era de tarde, un duro día en el trabajo, dirigiendo esclavos, verlos cargar todo el peso de una vida entera sin conocer la libertad lo hacía feliz, lo hacía sentirse afortunado; mi padre era un maldito tirano, un hombre egoísta y poco bondadoso; mi padre aún vive. Solo.

Mi padre gritaba sin parar, estaba lleno de ira; nunca lo podré comprender, es un hombre al que la vida siempre le ha sonreído, está bendecido, a pesar de que nunca ha querido comprender que los momentos hay que aprovecharlos, la suerte no va a durar por siempre y esas personas que están allí para soportar tus arranques eventualmente se cansan y se van. Hasta donde sé él continúa creyendo que está maldito.

Sus ojos verdes estaban a punto de explotar sin un motivo aparente, pero es verdad, siempre hay una razón para todo. El silencio a su alrededor nunca le gustó, él necesitaba hacer ruido para sentirse acompañado, gemía al dormir, ¿acaso podía ser de otra manera? Todo lo que uno hace mal viene a ti en esos momentos de descanso, cuando la cabeza está fría; yo siempre he dormido muy tranquilo.

Arrojó su bolso a un lado y golpeó la pared. Yo sé que queda algo bueno dentro de él, hasta el bicho más desgraciado posee la más mínima partícula de bondad, así nos envía dios a este mundo; somos lienzos en blanco que con el paso de los días se manchan. De una mancha a otra mancha, algunos resaltamos, llevamos en nuestros cuerpos marcas que nos hacen obras de arte.

Revisó sus bolsillos y sacó un cigarrillo, un fósforo y gimió como un animal ansioso. Él prefiere olvidarlo, pero no puede forzarnos a todos los demás a hacer lo mismo, no se mirará al espejo para autoevaluarse, no va a juzgarse, en cambio preferirá siempre juzgarnos a todos, a los chinos, amarillos y sucios; a los gringos, viles ratas, lo más terrible que le pasó al mundo; negros... Pobres.

El humo lo calmó.

Me confesó que yo era el culpable, que me amaba, pero que yo no era un buen hombre. Su rostro estaba un poco manchado, por mi culpa él se había golpeado la cabeza con una rama... Por mi culpa; maldijo a su madre por mi culpa, escupió sobre el apellido que aún lleva con desgano por mi culpa, él había siempre sido un fracaso por mi culpa. ¿Por mi culpa dijo?

Yo me reí.

Esa fue la última vez que vi a mi padre.


"Aún espero el día en el que mi padre me haga sentir orgulloso,
 a veces parece más un hijo malcriado".
L.F. Arias.


4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. y por que mi comentario fue borrado??????

    ResponderEliminar
  3. Cuestiones de contenido.

    Todo depende del administrador.

    ResponderEliminar
  4. Bueno y ese administrador es tan arrecho asi para borrar mi comentario.-

    ResponderEliminar